Rutina que marca la punta de mis dedos.
Uñas sucias, pintarlas, resquebrajar, como si de algo solucionara el hecho de verte indecente, pequeña putita.
La chica del metro me mira, sabe también cómo la miro, como la deseo. Sabe como busco sus piernas, y al parecer ella tampoco dejó de buscarme a mi.
Ese extraño encuentro en el vagón del frente.
Y nada, el resto, rutina, santo rezo que digo día a día para que mi día no salga de sus casillas.
Rutina acto espontáneo en el cual homenajeamos la falta de tiempo para nosotros mismos.
Bella rutina el de verte feliz, llorar, caerte, y equivocarte conmigo, con ella, con todas.
Rutina es lo que veo en tus ojos, cuando sólo deseas ir de los estudios a la casa, de la casa a los amigos, de los amigos a la familia, y no encontraste en todos esos pasares la mirada vacía intrínseca de la sucia basura de sociedad.
Rutina, aplícala, no debes correr el riesgo de olvidarla, hermosa rutina...